Por Lorena Seijo y Roi Palmás
Tecoluca, pueblo de Tecolotes, a una
hora de la capital, San Salvador, y a unas dos horas de la costa, en la
que el oceáno Pacífico bate con fuerza contra su arena negra y
rocas volcánicas. Nada más entrar en este pueblo salvadoreño se
percibe que las cosas van a otro ritmo. El calor impide correr y las
tareas del campo llevan su propia dinámica, no se pueden apurar.
Pero tras meses trabajando en el proyecto de fortalecimiento de la
emisora local a distancia desde Galicia, de decenas de comunicaciones
telefónicas y de correos electrónicos sin rostro, hemos llegado a destino y estamos deseando esta
primera toma de contacto.
El viaje en coche hasta Tecoluca ya nos
ha servido para ir obteniendo datos sobre la situación real de la
emisora y el contexto en el que opera, tras coser a preguntas al
presidente de Radio Tehuacán, Fredy Montano y al vocal, Pedro Juan Rosales, que
nos han hecho el favor de trasladarnos a destino.
El volcán Chinchontepec nos recibe con
toda su imponente presencia y para bien y para mal tendrá mucho que
ver en nuestro proyecto de radio, pues bloquea la frecuencia de las radios comerciales y deja a nuestra pequeña emisora comunitaria como prácticamente la única fuente de información radial de la zona. La Junta Directiva de la emisora, junto con algunos de los voluntarios y voluntarias, nos esperan para
poder saludarnos y empezar a organizar nuestra estancia en terreno.
Es domingo por la tarde, pero allí están todos, expectantes. A
golpe de frijoles, chorizo a la brasa y arroz vamos empezando a
conocernos y a debatir que esperamos cada uno de nosotros de esta
experiencia conjunta entre El Salvador y Galicia.
El lunes a las 8 de la mañana tenemos
la primera reunión formal de organización con los representantes de la
Junta Directiva, que está integrada por 9 personas, y dos
representantes de la ong local Cordes, nuestra contraparte en este
proyecto.
Presentaciones, preguntas, debilidades,
oportunidades, dudas... durante cuatro horas el equipo humano de la emisora muestra el gran interés, pasión y entrega que tienen
por el proyecto de radio comunitaria en el que este año está
embarcado Agareso, junto a ACPP. Se debate desde los objetivos de la emisora, hasta cómo contribuir socialmente a través de las ondas, cómo hacer la radio sostenible y establecer las necesidades básicas de
formación. Todos coincidimos en que hay un ingente trabajo por
delante, pero que durante los próximos 15 días, ambas partes vamos
a poner toda la carne en el asador. Por qué? Porque las
posibilidades de contribuir al desarrollo de la comunidad a través
de las ondas es impresionante y necesaria para Tecoluca. Ilusión
ante el reto y inquietud ante la responsabilidad.
“No queremos ser una radio musiquera,
queremos ser una emisora al servicio de las comunidades, queremos
orientar a las personas en educación, protección del medio ambiente
o problemas sociales”, apunta vehemente Pedro Rosales. Es bueno saberlo, estamos en sintonía.
Hasta el momento Radio Tehuacán es una
emisora que emite programas musicales y en las que de vez en cuando
se incorpora alguna sección de salud, medio ambiente o entrevistas,
pero no de forma regular. Los voluntarios y voluntarias de la emisora
hacen un gran esfuerzo diario por mantener la programación
continuada desde las 5 de la mañana a las 8 de la tarde, con unas condiciones
técnicas deficitarias y con apenas formación.
Esta fase del proyecto les supone un reto mayor, pues interiorizar las necesidades de una radio comunitaria y empezar a trabajar como informadores es nuevo para ellos. Durante la próxima semana 16
integrantes de la emisora recibirán capacitación sobre periodismo,
técnicas de radio y emisiones on line. Una equilibrada mezcla entre
teoría, práctica y experiencia vital. Un aprendizaje conjunto.
Al mismo tiempo se llevarán a cabo
reuniones en las que entre todos se sentarán las bases de la radio
comunitarias, se buscará la forma de gestionar la publicidad, de
emitir on line los programas, se construirán un modesto informativo local y se crearán pautas para gestionar al
voluntariado, entre otras cuestiones.
Son las 4 de la tarde y el primer grupo
de alumnos y alumnas ya están listos para empezar al formación.
Cohibidos por este primer contacto, los nueve primeros voluntarios y
voluntarias cuentan a los formadores cuales son sus inquietudes.
Todos coinciden en que quieren aprender a locutar, editar y
reportear. Así que, qué mejor que empezar desde la práctica,
grabando sus propias voces, viendo cómo montarlas en los programas
de edición y escuchándose, ya que muchos de ellos no lo habían
hecho nunca.
De esta primera sesión ya acordamos
algunas pautas, inamovibles, a las que agarrarnos: veracidad antes
que rapidez, no improvisar, trabajo
previo antes de ponerse ante un micrófono y se aprende todos los
días. Mañana más.
Buen comienzo para un proyecto de enorme relevancia para el desarrollo comunitario y humano.
ResponderEliminarTodavía, recuerdo a los que no creían, ni creen, en las potencialidades inagotables de la radio.
Con este proyecto, que suma unos cuantos años en su haber, comprobamos como la Comunicación para el Desarrollo, a través de este medio, es posible para transformar y evolucionar; valores muy distorsionados en los últimos tiempos.
Un abrazo a todo el equipo que hizo, hace y hará posible y viable esta importante intervención de Agareso y sus reporteros en el terreno de la comunicación.
Juan de Sola