Es sábado 8 de julio de 2011 y todos los voluntarios y cooperantes que trabajan bajo el amparo de CORDES, se reúnen en el Polígono de la Solidaridad, las instalaciones que tiene la ONG Salvadoreña en la región del Bajo Lempa. Cerca de 50 personas se juntan en lo que es el espacio de conferencias. Entre ellas se encuentran catedráticos, docentes y estudiantes de la Universidad de Barcelona, de la Universidad de Alcalá de Henares y el equipo de Agareso. Un grupo interdisciplinario, que se distribuye por todo el territorio de acción, para cumplir con diferentes objetivos, que van desde investigaciones sanitarias, apoyo al aprendizaje infantil, y la sensibilización del proyecto de pesca sostenible.
Emilio Espin - Fundador de Cordes |
Los asistentes comparten experiencias antes de que comience el acto, unos se quejan de las picaduras de los zancudos, mientras otros agradecen la hospitalidad de las familias de acogida.
Abre el acto uno de los fundadores de CORDES y actual responsable de las relaciones nacionales e internacionales de esta organización, Emilio Espín, un catalán revolucionario, que se sumó a la lucha salvadoreña desde el inicio de la guerra hasta la actualidad. Espín recibe a los jóvenes con entusiasmo, mientras tiene agarrada de la mano a su pequeña nieta de tres años. E ex gerente de CORDES III da las pautas para mejorar la convivencia entre los voluntarios, y los aconseja sobre de las prácticas diarias que deben seguir para tener una mejor estadía en el Bajo Lempa.
La noticia del día
El calor aprieta y los mosquitos no dan mucha tregua durante el acto, pero eso no hace mermar el entusiasmo de los voluntarios. El actual gerente de CORDES III, Mauricio Orellana toma la palabra y abre su exposición con la mala noticia del día. Informa que durante la madrugada del sábado el cantautor Facundo Cabral ha sido asesinado en Guatemala, mientras se desplazaba en vehículo hacia el aeropuerto. Los presentes en la sala aterrizan de golpe en sus sillas y vuelven a tomar conciencia de la zona en la que trabajan, entendiendo que la aparente seguridad que brindan las familias locales y CORDES es algo realmente excepcional.
“Nacimos y crecimos junto a la población”
CORDES nace el 20 de junio de 1988 con el objetivo de facilitar el regreso de la comunidad emigrada durante el conflicto armado. La ONG ayuda en el proceso de repatriación y asentamiento de los que regresan al país, que en su mayoría son ex combatientes.
La primera misión de la organización fue garantizar los servicios básicos de alimentación de estas familias, pero las circunstancias los llevaron a promover un nuevo modelo basado en la justicia y solidaridad entre las comunidades.
CORDES actúa en 5 regiones del país atendiendo a cerca de 1000 familias, el Bajo Lempa forma se conoce como la región III. En esta zona se llevan a cabo proyectos concretos que facilitan el cumplimiento de procesos. De este modo trabajan en la preservación de la biodiversidad y en un sistema agropecuario basado en el cultivo orgánico.
Su misión es crear un sistema de redes sociales, que además del desarrollo sostenible de la zona, permita una mejora de la calidad de vida de las familias a nivel local. El bajo Lempa se protege así mismo, estableciendo modelos sociales, que hasta la actualidad están alcanzando los resultados esperados. Cada jefe/a de familia se reúne una vez al mes con sus homólogos en la comunidad. En estas reuniones se tratan temas de interés, como lo son las carencias, y posibles situaciones conflictivas en el interior de una familia, se controla la no proliferación de pandillas y se persigue la convivencia respetuosa entre los vecinos. Si alguna persona responsable de familia no cumple con su asistencia a las reuniones, la comunidad la sanciona económicamente. En el Bajo Lempa se entiende a la perfección que los derechos también conllevan deberes…
CORDES cree en los proyectos de autogestión, por lo que facilita la creación de cooperativas sostenibles que fomenten el bienestar de las familias. Gracias al sistema gestionado por la asociación y la ayuda de otros organismos como Asamblea de Cooperación para la Paz, entre otros, el 20 aniversario de la entidad, será una fecha clave para la concreción de sus objetivos. En el Bajo Lempa, se respira tranquilidad pues como dice Mauricio Orellana, “Se ha sabido reconvertir todo el capital humano de la guerra a favor de la paz”
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