Por Carmen Novas y Laura L. Ruiz
En El Salvador cambian los plásticos de la agricultura de invernadero por otros materiales, que en lugar de evitar el frío proporciona un control de plagas para los agricultores. Se trata de la malla, un material que permite que pase el viento, pero no los insectos. Los habitantes del Bajo Lempa llaman a estas construcciones de cuatro o cinco metros de altura ‘casas mallas’, aunque más que ver con los antiguos habitantes de estas tierras su nombre tiene que ver con estar malladas.
Una manera de producir libre de insecticidas o abonos químicos que la MOPAO pone en práctica en esta zona con grandes resultados. De las 500 plantas que tienen este mes de agosto obtendrán más de 8000 pimientos-chiles de producción orgánica.
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