20 jul 2011

Asi suena la Escuela de Tasajera

El Centro Escolar de Tasajera, se encuentra en una isla unida a la de La Colorada. El equipo de Agareso, en compañía de dos representantes de CORDES, la ONG salvadoreña, se desplaza en lancha hasta la zona de terreno.

Después de casi 15 días en el Bajo Lempa, es la primera vez que el río tiene un caudal tan alto. Esto se debe a las torrenciales lluvias que han caído en los últimos días, dejándonos incluso sin luz ni agua durante cerca de 48 horas. Pese a la gran cantidad de agua que  lleva el río, las islas nunca llegan a inundarse, ya que su suelo es de arena y tiene gran capacidad de absorción. El problema son las comunidades de “tierra firme” como ellos le llaman a la parte continental. Las alertas están establecidas y los vecinos miran con cautela el río, pues los estragos producidos por su desbordamiento son bastante habituales en esta época de lluvias.

Comunidad educativa de Tasajera (El Salvador)
El agua del Lempa continúa de color chocolate y, aunque algunos compañeros de viaje se atreven a bañarse en él, hoy no es un buen día, el río está espumoso y grasiento y la contaminación se hace evidente a ojos de los más escépticos.

“Chepe” como así le llaman al lanchero que nos transporta, es gran conocedor de la zona, aunque hoy, la gran cantidad de ramas y árboles caídos en el río, nos hace un poco más difícil llegar hasta la isla.

En Tasajera las casas tienen pequeñas parcelas, los vecinos viven más apretados, y comparten sus estancias con animales domésticos, como las gallinas y perros. Es muy temprano, y las mujeres ya comienzan con las labores de hogar, lavan su barreños en la cocina, que en todos los casos, está situada en la parte exterior de la vivienda. La escuela es pequeña, y es la primera vez que CORDES participa activamente en alguna actividad de este centro.

El tema de hoy son las tortugas, algo evidente en una isla donde ACPP y CORDES implementaron un “Tortuguero” para evitar la extinción de la tortuga marina. El corral de tortugas es el destino de los huevos que se recogen durante las noches en la playa. Anteriormente  los vecinos de la isla los capturaban y los vendían; pero  actualmente el gobierno mantiene la prohibición de esta práctica, para evitar la  extinción del animal. Las personas que antes vivían de su venta, hoy recogen los huevos y los llevan al vivero de tortugas, para que en este espacio se cuiden y posteriormente se liberen de nuevo en el mar.

Aunque las expectativas apuntaban altas, las 12 estudiantes, en su mayoría niñas, se mostraron sorprendentemente tímidas durante el taller de radio. También destacó la poca información aportada referente al tema escogido pues, aunque se sobreentendía que las alumnas conocían la materia, les costó mucho llegar a transmitirla. Una nueva experiencia para ellas y ellos, y un nuevo desafío para las ONGs que participan, que seguro acogerán el reto con gran interés y dedicación.

                       La escuela Tasajera suena a murmullo…
                         

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